No todos los vuelos son iguales; pasajeros conflictivos, fuego en cabina o intento de secuestro son algunas de las situaciones reales a las que puede enfrentarse un TCP por lo que es importante conocer todos los protocolos y procedimientos de seguridad para hacer frente a todo tipo de circunstancias.
Seguro que estáis cansados de escuchar eso de “en caso de despresurización de la cabina, caerán automáticamente las máscaras de oxígeno de los compartimentos situados encima de sus cabezas”. Pero… ¿realmente sabéis por qué es necesario que respiréis el oxígeno de esa mascarilla?
La respuesta corta es: porque si no respiras de la mascarilla te quedas tonto y además, probablemente, te mueres.
Pero si preferís sacarle un poco de dramatismo a la explicación y hacerla más light, vamos a tener que hablar un poco (tampoco mucho) sobre eso de las diferencias de presión y la incapacidad para respirar a ciertas altitudes.
Como yo soy chica de letras, os voy a explicar el tema de la presión atmosférica y la altura de la manera más sencilla que pueda -vamos, de la única que sé -. Mis disculpas por adelantado si alguna persona más iluminada que yo en estos temas se siente ofendida.
Más o menos, la cosa es así: Si pones una piedra pequeña sobre un globo, verás que el globo se hunde ligeramente. Esto se debe a la presión que ejerce la piedra sobre el globo hinchado. De la misma manera, si pones tu móvil sobre la mesa, aunque no veas que la mesa se deforma, el móvil también estará ejerciendo una presión sobre la superficie.
Cualquier objeto que pongas sobre otro, ejercerá presión.
Así, el aire atmosférico ejerce una presión sobre la superficie de la tierra. A nivel del mar, hay más aire, así que la presión es mayor. Cuanto más subimos, menos aire encontramos, por lo tanto la presión también disminuye. Por eso si subes una montaña o estás en un punto geográfico que se encuentra a mucha altura sobre el nivel del mal, te cuesta más respirar.
Ahora que tenemos este concepto más o menos claro, recordamos que los aviones vuelan a una altitud de unos 9000 metros de altura, por lo que la presión que existe ahí arriba es muy baja. Presión baja –> Menor cantidad de aire.
A esta altura no nos llega el aire a los pulmones y si no tuviéramos un sistema de oxígeno en el avión, no podríamos respirar.
Para poder hacerlo, los aviones presurizan sus cabinas. Es decir, creamos una atmósfera artificial en la que podemos respirar gracias al aire que entra a través de los motores del avión. Una parte de este aire se calienta a elevadas temperaturas para conseguir que el oxígeno aumente casi en la misma medida que tenemos a nivel de mar. Una vez que se consigue este aumento de oxígeno, se enfría el aire y con él se presuriza la cabina a través de una válvula. Ahora ya podemos respirar.
Si la cabina se despresurizara por un fallo en el sistema (o porque las puertas, por ejemplo, no cierran hermeticamente) perderíamos esa cantidad de oxígeno del que hablábamos y tendríamos problemas para reaccionar y respirar. En tal caso, las famosas mascarillas de oxígeno sirven para poder respirar normalmente mientras el avión desciende a una altitud inferior en la que la presión es mayor y por lo tanto hay suficiente oxígeno para respirar por nosotros mismos.
El tiempo útil de conciencia (TUC) que tenemos si nos falta el oxígeno, depende mucho de la altitud a la que estemos, pero ponedle que son unos segundos los que tenéis para ajustaros la mascarilla antes de perder el conocimiento.
¿Entendéis ahora la importancia de poneros vosotros mismos la mascarilla, antes de ponérsela a los niños?
Pero para que os quedéis todavía más tranquilos: a parte del sistema fijo de oxígeno, en el avión también tenemos sistemas de oxígeno portátiles. Es decir, botellas de oxígeno que utilizamos en caso de emergencia. Los TCP proporcionamos oxígeno a todos los pasajeros que lo necesiten así que ¡chicos, cuando subáis al avión, respirad tranquilos! ¡Hay oxígenos para todos!
¡Feliz semana y felices vuelos!