Home Estilo de vida Entrevistamos a Daniel, TCP de Girjet que fue detenido en El Chad

Entrevistamos a Daniel, TCP de Girjet que fue detenido en El Chad

by Carlos

El 25 de octubre de 2007 la tripulación de un vuelo chárter de Girjet, contratado por una ONG francesa, fue detenida en El Chad junto a tres periodistas y seis miembros de la ONG cuando estaban a punto de embarcar 103 menores que iban a ser adoptados por familias francesas.
Acusados de un delito de tráfico de menores, la tripulación española fue llevada a prisión.

5 días después, el 30 de octubre de 2007, un juez chadiano inculpó tanto a los miembros de la ONG como a la tripulación y periodistas pero no fue hasta el 4 de noviembre cuando el presidente francés Nicolas Sarkozy logró la liberación de Tatiana, Carolina, Mercedes y Sara, las cuatro TCP de Girjet, y los tres periodistas franceses. El comandante, copiloto y el TCP Daniel Gonzalez, al que hoy entrevistamos, tuvieron que esperar cuatro días más para regresar a casa y dar por finalizada esta pesadilla.

¿Por qué decidiste dedicarte a esta profesión?

Buenos días Carlos, primero de todo agradecer tu tiempo en esta entrevista. Es cierto que a la mayoría de TCPs les inspira el verte volando y trabajando en los cielos, en mi caso fue pura casualidad, ya que me encontraba trabajando y un buen día vi un anuncio en un periódico de “Hazte auxiliar de vuelo”, en ese momento no le di importancia, pero una semana más tarde volví a releer el artículo y es ahí donde empezó mi gran aventura, en el momento en que pisé la escuela de Formación Formatic Barna todo fue increíble, los compañeros, los profesores, los temas…todo me apasionaba cada día más! Combinaba trabajo con los estudios y cuando terminé tuve la gran suerte de entrar directamente y poder emprender mi viaje en la compañía Girjet, donde conocí a grandísimos profesionales y amigos que a día de hoy conservo.

Girjet fue tu primera aerolínea… Esta compañía aérea, ya desaparecida, se dedicaba a vuelos chárter por lo que cada vuelo era diferente. ¿Cómo es trabajar en una aerolínea de este tipo?

Es cierto que todos asociamos el ser TCP con el típico “desayunar en Nueva York y dormir en Punta Cana”, es cierto que la profesión es maravillosa pero a la vez hay que ser realista y decir que es una profesión exigente en la que velas por el bien de la seguridad a bordo, que es lo primordial. Y si con eso puedes además conocer mundo y lugares nuevos pues muchísimo mejor.

En cuanto a tu pregunta te diré que trabajar en una compañía charter es algo maravilloso, cada mes de programación es totalmente diferente: destinos nuevos, tipo de pasajeros nuevos, vuelos VIP, para equipos de fútbol, radio, televisión, empresas privadas… y además te da la oportunidad de poder viajar cada mes a sitios distintos. A diferencia de las aerolíneas regulares yo destacaría el no saber qué destino nuevo o nueva ruta te hará volar al mes siguiente y eso es maravilloso. Yo también tuve la suerte de volar el mítico avión Boeing 757-200, un clásico por excelencia, que nos permitía hacer viajes internacionales y descubrir ciudades tan mágicas como Dubai, Mauricio, recorrer Europa, continente Americano, y por supuesto África Central, que es donde sucedió nuestro “imprevisto”.

Cada país tiene sus riesgos y previamente la aerolínea evaluaba los mismos antes de volar a un determinado destino. ¿Antes de realizar este vuelo a El Chad ya habías volado a un destino similar en cuanto a nivel de seguridad? ¿Qué indicaciones se os daba desde la compañía aérea?

Así es, cada compañía evalúa sus riesgos previamente y a la tripulación se nos dan órdenes muy concretas de las medidas a seguir en todo momento. Anteriormente habíamos volado a Afganistán llevando tropas españolas. Son vuelos muy controlados y vigilados en todo momento, recuerdo en uno de los vuelos a Afganistán que a nuestra llegada se incorporó a nuestra ruta un F18 a cada lado de nuestro avión para que nuestra aproximación fuese más segura todavía, además de hacer el descenso en círculos para evitar cualquier contratiempo. Da impresión ver como de repente aparecen esos cazas a cada lado del avión, pero se agradece que todo esté tan sumamente controlado por las autoridades competentes. Además de que siempre se tiene toda la documentación a bordo del tipo de vuelo que se va a realizar con todo lujo de detalles.

El 25 de octubre de 2007 fue el día que comenzó esta pesadilla. ¿Cuando comenzastéis a notar que las cosas no iban bien?

Casualmente yo ese vuelo no lo tenía programado, estaba de imaginaria ese día y el día anterior me dijeron que tenía que salir a volar para hacer ese vuelo que inicialmente nos llevó de Madrid a Djamena donde volamos en vacío e hicimos noche en el hotel y al día siguiente salimos dirección Ábeché (aeropuerto secundario de Chad). Es allí donde empezó todo. Al llegar ya fue un poco diferente, ya que nuestro Boeing 757 no podía dar la vuelta a final de pista para ir a parking por sus dimensiones, pero afortunadamente entre Agustín y Sergio (y la ayuda de todos nosotros asomados a las puertas de emergencia) conseguimos hacer la maniobra perfecta para poder girar y aparcar.

Al llegar ya algo parecía extraño a simple vista, las escaleras que nos pusieron junto al avión eran unas rústicas escaleras de madera que estaban fabricadas en la parte superior de un jeep. Después subieron militares armados al avión, nos empezaron a pedir documentación y se llevaron nuestros pasaportes, ahí supimos que algo no iba bien. Ya que normalmente la tripulación pasa por aduanas y se sellan o un coordinador de pista acompañado por alguien de la tripulación va a sellar todos juntos para agilizar. En este caso ya veíamos que algo no iba bien, hasta que nos hicieron bajar del avión, nos introdujeron en jeeps y veíamos como nos alejábamos de la silueta de nuestro avión, ahí empezó nuestra pesadilla.

Agustín Rey, como comandante y máxima autoridad, adquirió otro tipo de responsabilidades ante esta situación…

Como cualquier comandante de aeronave, es la máxima autoridad y el responsable absoluto de la decisiones que se tomen, todos estábamos a una con él y siempre estábamos como equipo muy unidos. Es cierto que ante estas situaciones todo te desborda un poco, pero hablábamos mucho e intentamos ser una piña en todo momento. Creo que su posición ante estas adversidades es la peor de todas, ya que nunca sabes a ciencia cierta si actúas bien o no, simplemente intentas mantener a salvo a tu tripulación y actuar de la mejor manera posible.

¿Cómo viviste aquellos días en la cárcel? ¿En qué condiciones estabais?

Los días allí pasaban extremadamente lentos. Inicialmente nos llevaron a una especie de calabozo en Ábeché, donde nos alojaron en una habitación totalmente vacía junto al resto de franceses de la “ONG” y los periodistas. A nuestra llegada les preguntamos qué pasaba y no nos decían nada al respecto. El primer día dormimos a la intemperie, por suerte el segundo día nos vino a visitar la armada francesa y nos trajeron colchones de espuma y ropa para poder cambiarnos, así como víveres diarios y pastillas contra la malaria para no infectarnos. Fueron días muy duros. Lamentablemente en el Chad no había embajada española y el cónsul español en Camerún (Vicente Más, con quien a día de hoy mantengo excelente relación) tuvo algunos problemas para desplazarse hasta nuestra localización. Una vez pudo llegar ya nos puso en situación de lo que había pasado y de lo que nos esperaba allí.

En esa especia de calabozo estuvimos alrededor de una semana, después se nos hizo el traslado a la capital (Djamena) en avión militar y rodeado de militares chadianos armados hasta llegar a la cárcel de Djamena, donde nos alojaron en diferentes celdas. Por suerte estuvimos siempre unidos y bien tratados por las autoridades, así como por la armada francesa y el cónsul español que nos venían a ver prácticamente a diario. Ahí fue desde donde íbamos a declarar a los juzgados y tuvimos más visión de lo que sucedía realmente. Las declaraciones se demoraron algo más de lo esperado, ya que tuvieron que traer a una traductora especializada para nosotros poder declarar con seguridad, de la mano de nuestra defensa.

En diferentes medios hemos podido leer que uno de vosotros se escondió un móvil… ¿Cómo se enteró vuestra familia de lo sucedido? ¿Podíais hablar con vuestros familiares a través de ese móvil?

En realidad fueron dos móviles los que conseguimos esconder. Al llegar al calabozo nos requisaron todas nuestras pertenencias, maletas, móviles…en aquella época era muy normal tener dos teléfonos, uno para la empresa y otro personal, con lo que con esa suerte dos de nosotros nos escondimos un móvil cada uno, en un acto de locura que después pensamos y nos podría haber traído muchos problemas.

La cuestión es que en ese momento no piensas y actúas por instinto, cosa que finalmente nos salió bien, ya que antiguamente las baterías de los teléfonos aguantaban mucho más que ahora y es cierto que de noche, haciendo guardias y jugándonos alguna que otra reprimenda llamábamos a casa para tranquilizar a la familia, eran llamadas muy cortas, ya que sólo teníamos dos teléfonos y no sabíamos ni el tiempo que íbamos a estar allí ni lo que aguantarían las baterías. Además tuvimos la gran suerte de que el cónsul español nos pidió escribir en un papel un mensaje para nuestras familias que se llevó y al cabo de un par de días volvió con las respuestas de nuestros seres queridos, ese momento en el que lees unas palabras de tu familia fue el más emocionante sin duda.

Durante esos días interminables pasarías mucho tiempo pensando en todo lo sucedido pero, ¿cuál fue el momento más duro para ti?

Sin duda el peor momento fue cuando el presidente del Chad nos acusó de unas acciones de las que éramos totalmente inocentes y no sabíamos cuáles iban a ser nuestras consecuencias allí. También fue muy duro el ver que pasaban los días y que seguíamos allí, que era un mal momento ya que el país estaba en ese momento en guerra con el país vecino y había toque de queda en Chad. Estoy seguro que sin nuestro apoyo mutuo de toda la tripulación hubiera sido imposible llevar aquella presión.

Gracias a la mediación entre el gobierno de España y Francia pudisteis ser liberados y regresar así a casa. Primero lo hicieron tus compañeras y después tu, junto al comandante y copiloto. ¿Cómo recuerdas aquel viaje de vuelta y el revuelo mediático a vuestra llegada a Madrid?

Día a día nos hacían recuento en la cárcel para ver qué estábamos todos. Teníamos contacto directo con el jefe de la cárcel que nos iba contando a diario avances, aunque la mayoría de veces nos decía que ese día nos íbamos y luego ahí seguíamos, con lo que llegó un punto que no nos creíamos nada.

Hasta que un buen día nos viene con unos papeles blancos y nos dice que nos íbamos, y no hicimos mucho caso, hasta que nos enseñó los papeles de nuestra liberación y ese fue un momento muy emocionante, los tres nos fuimos corriendo de inmediato a recoger nuestras pertenencias de la celda (libros que nos había traído el cónsul, sudokus, nuestro uniforme…) a las pocas horas llegaron unos coches oficiales, los cuales nos llevaron a un hotel donde se alojaban las autoridades españolas y donde nos pudimos dar nuestra primera ducha en condiciones después de 16 días de incertidumbre. Ahí ya fuimos conscientes de que las cosas estaban bien.

Después nos dirigimos al aeropuerto donde nos devolvieron nuestras pertenencias requisadas inicialmente y donde nos trasladaron al avión que nos llevaría de vuelta a España, al llegar el militar a pie de avión nos saludo y poniéndose la mano en la frente nos dijo: bienvenidos a España! Ese momento fue el más esperado, ya que al subir al avión nos dimos cuenta que todo había terminado. Nuestra llegada a Torrejón de Ardoz estaba plagada de periodistas, pero sin duda el mejor momento fue el reencuentro con nuestras familias y seres queridos, así como con nuestras compañeras previamente liberadas y nuestros compañeros de Girjet! Un feliz momento que recordare toda mi vida! Esos abrazos no se olvidan así como así!

A los TCP se les da formación necesaria para responder ante cualquier situación de emergencia pero, ¿realmente está uno preparado para vivir una situación como la tuya?

Es cierto que la misión principal de un TCP es velar por la seguridad de los pasajeros de la aeronave en todo momento, es por ello que se nos da una formación exhaustiva sobre procedimientos estándar para llevar a cabo unos vuelos lo más seguros posibles. Situaciones como motines a bordo, reducir a un pasajero agresivo o ebrio son técnicas que se dan durante la formación y habilitación y que en raras ocasiones te ves necesario a afrontar. El enfrentarte a un secuestro es algo mucho más mental, hay que mantener la calma en todo momento y ser frío en la situación. A pesar de ser algo novedoso para todos los que la sufrimos en su día, nadie te prepara para algo así, lo más importante es hacer piña unos con otros y no soltar de la mano a ningún compañero cuando más te necesite.

La mente es un arma muy poderosa, ya que si pierdes el control muchos otros factores se pueden alterar. Además era la primera vez en la historia que se secuestraba un avión comercial con toda la tripulación en su interior. Fue una gran gestión por parte de las autoridades y gobiernos pertinentes.

Seguramente después necesitarías un tiempo para recuperarte… Una vez olvidado todo, ¿tuviste la oportunidad de continuar volando como TCP? ¿Cómo fue la vuelta al trabajo?

Es cierto que yo no le tengo miedo a los aviones ni a volar, ya que lo mío no fue un accidente aéreo. Me apasiona volar, y he seguido viajando por el mundo todo lo que he podido. En el momento en que la compañía quebró, me volví a Barcelona y ahí me dieron la oportunidad de trabajar en la parte de operaciones, trabajo que más adelante me facilitaría el poder incorporarme al departamento técnico del aeropuerto de Qatar, donde gestionaba las operaciones aeroportuarias. Si bien es cierto que muchas otras compañías me ofrecieron trabajo, me decanté por el handling en tierra y no seguí volando.

Tiempo después dejaste esta profesión, ¿qué te motivó a abandonar este trabajo?

Nunca me he desvinculado del todo de la aviación, al volver de Qatar trabajé para una consultoría de aviación en la cual me dedicaba a buscar perfiles aeronáuticos para diferentes aerolíneas a nivel mundial, siendo incluso responsable de selección de TCPs para varias compañías de España.

Hoy en día ya te has alejado de este mundo. ¿Volverías a volar?

Volar es apasionante, es una sensación increíble, cada viaje es un nuevo reto y unas nuevas aventuras. Volvería a dedicarme a ello con los ojos vendados. A pesar de que ahora la aviación pasa por un momento difícil, seguro que de todo aprenderemos y volveremos más fuertes que nunca. A los que nos apasiona la aviación, es un sector muy bonito y muy sacrificado, pero te lleva a vivir experiencias que jamás olvidarás.

Img: OpiniónZamora, Agencias.

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