Home Curiosidades de la Aviación Rampas de evacuación: ¿Cómo se fabrican?

Rampas de evacuación: ¿Cómo se fabrican?

by Carlos

Cinturones, chalecos salvavidas, mascarillas de oxígeno, botiquines… Son muchas las cosas que nos podemos encontrar a bordo y, que en más de una ocasión, pueden salvarnos la vida. Unas las podemos ver cuando los TCPs enseñan el material en la demo de seguridad y otras las podemos intuir por signos que nos indican que están ahí pero que si no eres un experto en el tema de la aviación no sabrás donde están.

Hoy, vamos a hablar de las rampas de evacuación, uno de los elementos de seguridad más grandes que nos podemos encontrar a bordo y que ocupan poco más que una maleta.

Las rampas de evacuación son un elemento de seguridad esencial en todos los aviones. Éstas pueden salvar, en unos pocos segundos, a muchos pasajeros en caso de emergencia. Se suelen ubicar en cada una de las puertas del avión aunque en algunos aviones como el MD80 también pueden estar en el cono de cola.
Su ubicación no es lo más importante, lo que verdaderamente importa es cómo se consigue que sean lo suficientemente fuertes y compactas .

Fabricar una rampa no es unir dos trozos de plástico de colchonetas de playa con un poco de pegamento, implica un proceso laborioso en el que una cadena de montaje hace todo a mano.
En Arizona se encuentra una de las empresas que se dedican a fabricar este sistema de seguridad. En 14 días son capaces de transformar alrededor de 800 trozos, cortados gracias a la precisión de una cortadora informatizada, en una rampa de evacuación.

¿Cómo se hacen?

En primer lugar cortan unas ligeras y finas telas de nailon rellenas con poliuretano amarillo y forradas con una capa gris retardante del fuego. Tras ello, las asas y tiras se cosen por máquinas de coser industriales.
Como las costuras no pueden estar en las partes inflables de la rampa se le añade un adhesivo que, combinado con un disolvente, ablanda el poliuretano al activarse la pega. Esto facilita las cosas a la hora de doblar la rampa. Posteriormente, se pintan aquellas secciones de la rampa que puedan dañarse a consecuencia del fuego con capas especiales aluminizadas.

Y… ¿para inflarlas?

Si en caso de emergencia tuviéramos que inflar la rampa como si fuera una colchoneta gigante tardaríamos muchísimo tiempo.
Como sabéis, las rampas deben inflarse en muy pocos segundos. Para ello, se utiliza un cilindro de aluminio que contiene dióxido de carbono y nitrógeno presurizado a más de 200 bares. Con esto solo se llena una parte de la rampa así que el cilindro es conectado a un aspirador que usa la fuerza del gas que sale para absorber aire exterior y llenar con la mayor rapidez posible la rampa. Si esto lo comparamos con la rueda de un coche (alrededor de 2 bares) nos podemos hacer una idea…

Las pruebas finales

Para que la rampa entre en los moldes que tienen las puertas se ata con cuerdas y se aspira todo el aire al vacío, igual que cuando metemos mantas en una bolsa y las quitamos el aire con la aspiradora para que entren todas en el armario y no se produzca una avalancha.
Para desplegarse no debe tocar ninguna parte del molde donde va dentro, por eso se insiste en no sentarse ni apoyar las piernas en él.
Antes de instalarla en el avión se prueba en una maqueta. Esta prueba es muy importante, en ella se comprueba que al principio la rampa permanece cerca del avión para protegerla en caso de fuerte vientos, después se extiende completamente hasta llegar a tocar el suelo.

Ahora, cada vez que estéis haciendo una maleta y luchéis por cerrar la cremallera podéis pensar en aquellos trabajadores que, tras probar el funcionamiento de la rampa, tienen que pelearse para que entre de nuevo en el molde. Eso sí que es una tarea difícil…

Img: SuperJet International.
Fuente: Cómo lo hacen.

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