Soy una firme defensora de la filosofía anti-móvil. Creo que los móviles nos están robando la vida y lo digo con conocimiento de causa porque yo estoy enganchada al mío. En serio, vivo pegada a él.
Whatsappeo, actualizo mis redes sociales, cotilleo las de los demás, miro el mail, leo el periódico y sigo varios blogs. Por eso, ir a volar es (o era) mi desintoxicación; porque al volar todo se queda ahí abajo: tus problemas, si has discutido con tu pareja, si tienes una gotera, si tu perro está malo o a tu hijo le han quedado las mates… en las nubes da igual. Cuando despegas todos tus problemas se quedan en tierra y tú puedes relajarte y olvidarte de todo por un rato. Dedicarte a mirar por la ventanilla, disfrutar de tu Coca Cola, ver cómo sonríe la azafata, leerte un libro -si, un libro, de esos con hojas a los que les doblas la esquina de la página para acordarte de por donde vas- y es que eso es lo que supone volar para mi. Desconectar. Bien por que vaya trabajando o como pasajera, pero cada vez que despego, todo se queda en tierra.
Estoy harta de ver en los restaurantes, cafeterías, tiendas, por la calle y hasta conduciendo, gente pegada al móvil. Ya os digo que yo debería ser la primera en aplicarme todo esto, porque soy la primera. Pero ¿no os cansa ya ver a grupos de amigos sentados sin hablar porque todos están mirando el móvil? Ya casi nadie se ríe de verdad, hacemos esto 🙂 ya casi nadie está triste, esta así 🙁 y ya casi nadie se sorprende de nada, como mucho se quedan así O.o
Total, que nadie vive realmente, nadie disfruta o siente las cosas al 100% porque estamos pendientes de tuitearlo, de enseñárselo al mundo antes que de vivirlo. Por eso lo de no poder usar aparatos electrónicos durante algunas fases del avión, me encantaba, me obligaba a centrarme en ese momento y me olvidaba de todo lo demás.
¿Qué va a pasar a partir de ahora cuando vayáis en un avión? ¿Y si hay Wifi a bordo? ¿vais a ir pendientes del móvil, el ordenador, y todos los cacharros electrónicos? Si antes la gente no miraba a la azafata a la cara ni al entrar, no saludaban, no prestaban atención a la demo de seguridad, o ni te miraban al pedirte el café, ahora mucho menos. Ahora señores, se van a perder las nubes por mirar las pantallas. Como mucho nos fijaremos un segundo. Lo justo para hacer la foto, y luego se pasarán el vuelo tuiteándolo o pendientes de cuantos “likes” consiguen del cielo del que no están disfrutando.
Ya me imagino que a vosotros, cabezones electrofrikis, os encantara la idea del wifi a bordo. Aunque quizá no estéis tan contentos cuando sepáis que éste servicio no va a ser del todo barato… Nada barato. Al contrario, va a ser tirando a muy caro. No creáis, queridos ingenuos, que el wifi será gratuito en todas las compañías como lo es en SAS o en Virgin…
Aún no sabemos si cada compañía sacara una oferta distinta de conexión (packs por horas, por vuelos…) o como se hará exactamente. De lo que sí estamos totalmente seguros es de no va a ser barato y de que no es realmente necesario, porque no hay ninguna empresa en el mundo que se hunda si una persona no esta conectada durante unas horas. Hasta el día de hoy no se ha muerto nadie por no tener wifi y que no pasa absolutamente nada por esperar a que las puertas del avión se abran para empezar a llamar, whatsappear, tuitear, mandar un mail o actualizar tus redes sociales. De verdad.
Nunca fue realmente peligroso lo de los móviles a bordo (bueno, un poquito sí, pero solo un poquito). Pero, aunque se demuestre que no es peligroso en absoluto, yo digo no. Postureemos en los bares, en los viajes, incluso en el aeropuerto, pero en el avión… Let’s just fly!
¡Buena semana a todos y felices vuelos!