Andrea, más conocida como Azafata Hipóxica en sus redes sociales, es una TCP gallega que a través de su cuenta de Instagram nos acerca también a esta profesión pero desde un punto de vista diferente, el humor. Sus confesiones de altos vuelos han convertido su cuenta en un must que todo tripulante de cabina de pasajeros debe seguir pero, ¿quién se esconde detrás de la cuenta? ¡Hablamos con Andrea!
Esta profesión es una con las que muchos sueñan desde pequeños pero, ¿por qué decidiste ser TCP?
La verdad es que no era una profesión que tuviese en mente desde niña, como es el caso de algunos de mis compañeros. Con 18 años me matriculé en la universidad y tras finalizar la carrera y un máster en Barcelona, decidí probar suerte en aviación con 24 años. Vi una oferta de empleo en LinkedIn y mandé mi candidatura por probar, ya que me parecía un trabajo atractivo que me permitiría seguir viajando como hacía hasta ese momento y no tener una rutina demasiado establecida.
Comenzaste a volar en el 2016 en una de las principales compañías aéreas de bajo coste en España. ¿Qué te llevó a aplicar para esta aerolínea?
Principalmente que cuando empecé a barajar la opción de empezar a volar, fue la primera aerolínea de la que encontré una oferta de empleo para tripulantes sin licencia.
En ese momento había volado bastante como pasajera con la aerolínea, me gustaba el tipo de comunicación que hacían y la imagen que proyectaban a los clientes. Además en los vuelos siempre me fijaba en los tripulantes que eran jóvenes y me parecía que tenían muy buen ambiente en el avión. Pensaba que podría encajar bien.
También influyó que por aquel entonces ya vivía en Barcelona y como me encanta la ciudad y el estilo de vida que ofrece, quería quedarme y poder mantenerme sin la ayuda económica de mis padres. La aerolínea para la que trabajo tiene varias bases nacionales y también en Francia e Italia, pero Barcelona es la principal. Con lo cual era muy probable que la base que me diesen en un principio fuera en la Ciudad Condal, y así fue.
Dos años después de comenzar en esta profesión decidiste crear Azafata hipóxica, ¿qué te llevó a ello?
Empecé con mi marca personal en redes sociales después de terminar el que fue mi último contrato eventual con la aerolínea, en el período en el que no estaba contratada, lo que nosotros llamamos “estar en bolsa”. Ya tenía la idea en mente desde hacía meses, pero no contaba con el tiempo para llevarla a cabo, así que cuando me vi más liberada, decidí ponerme a ello. Todo vino porque me di cuenta de que mi profesión suscitaba mucho interés y amigos y familiares me hacían muchas preguntas de lo que era mi día a día y el trabajo en el avión. Cosas que para mí eran ya habituales, a otra gente ajena al mundo de la aviación le resultaba muy interesante. También quería desmitificar un poco la profesión y contar la parte menos glamourosa de la vida de una tripulante de cabina, como los madrugones, el cansancio, los juanetes, los gases… lo que no veía reflejado en otras cuenta de aviación que yo seguía por aquel entonces.
Además en ese período me matriculé en un segundo máster de marketing digital y quise hacer de Azafata hipóxica como marca personal, el tema de mi TFM (trabajo final de máster). Me gusta mucho el diseño gráfico, escribir, la fotografía, el mundo de la creatividad y las redes sociales… así que creando contenido en redes vi una buena manera de seguir desarrollándome y de aunar lo que más me gusta -aviación y comunicación- en un mismo formato.
Como cualquier TCP, “disfrutas” de cada día en el que te toca madrugar, de perderte un cumpleaños… No podemos negar que esta profesión tiene sus cosas buenas pero también sus cosas malas. Para ti, ¿qué cosas odias y adoras de este trabajo?
Lo que más me gusta es la libertad de moverte por el mundo con tantas facilidades (pre-covid) y lo que menos, los horarios, aunque es amor-odio, porque por otro lado, no me gustaría tener una rutina establecida, y los horarios cambiantes es lo mejor para huir de ella. Creo que lo que peor llevo son los madrugones, soy una persona muy nocturna y tener que despertarme a las 4 de la mañana (con suerte) para volar lo llevo regular.
La principal función que cumple un tripulante de cabina de pasajeros en cualquier compañía aérea es la misma pero seguro tienes en mente alguna aerolínea que te apasiona y con la que siempre has soñado. Si tuvieras la oportunidad de elegir cualquier compañía aérea para trabajar, ¿en cual trabajarías y por qué?
Pues creo que Iberia, fue la primera aerolínea en la que volé como pasajera y al final es la compañía de bandera de mi país, ya solo por eso es un icono. Es una empresa con muchos años de historia y que tiene buenas condiciones para sus trabajadores.
Muchos de nuestros seguidores desean formar parte de esta profesión nada más terminar sus estudios obligatorios pero recientemente vimos en una de tus stories de Instagram que tu también recomiendas tener unos estudios complementarios como un grado. ¿Crees que es importante contar con un “plan B”?
Importante no, para mí es fundamental. No necesariamente un grado universitario, que a día de hoy tampoco es un seguro de nada, pero un ciclo formativo o cursos de otras disciplinas. La vida da muchas vueltas, no hay más que ver la situación que estamos atravesando, y si no tienes un plan B, C, D, E o F por no haberte formado, quizás te quedes fuera del mercado laboral si te surge un imprevisto.
Para mí la formación es una constante, soy una persona ambiciosa en ese sentido, quiero seguir aprendiendo y especializándome todo lo que pueda a lo largo de mi vida. También es importante valorar que, si quieres ascender dentro de una aerolínea, a puestos internos por ejemplo, los requisitos formativos seguramente sean superiores a los que piden para el perfil de tripulante. Entonces si quieres ascender u optar a puestos de responsabilidad, seguramente necesites formación superior como una carrera universitaria. Si te conformas con tener simplemente los estudios obligatorios y más básicos, te quedarás lejos de conseguir esa mejora laboral y/o personal. En el mundo tan competitivo en el que vivimos donde la gente de mi generación (por ejemplo) está super formada y el que más o el que menos sabe dos idiomas, tiene una carrera, un máster y decenas de cursos de diferentes herramientas, si no sigues el ritmo, te quedarás fuera.
Hace ya un año la vida nos cambió por completo, ¿cómo recuerdas aquellos vuelos en pleno inicio de la pandemia?
Era una situación surrealista y muy chocante. Ver la terminal completamente vacía, todo cerrado y 4 vuelos durante todo el día en las pantallas, era el peor escenario que nunca habría imaginado. Los vuelos que siempre iban llenos, en ese momento iban con apenas 10 pasajeros, era triste ver cómo el ritmo y la vida frenética de vuelos y aeropuertos se paraba en seco.
Como todos sabemos el uso de la mascarilla es obligatorio tanto en el aeropuerto como en el avión. ¿Son ahora habituales los problemas a bordo relacionados con su uso?
Hecha la ley hecha la trampa. No ocurre en todos los vuelos, pero siempre hay algún pasajero que recurre a la picaresca y se pide un café (o cualquier otra cosa) y se cree que eso le da manga ancha para no ponerse la mascarilla en todo el vuelo. Y como es lógico los pasajeros que están alrededor se quejan y al final tenemos que ir por la cabina haciendo mucho hincapié en el uso de la mascarilla.
Actualmente la aviación no atraviesa su mejor momento. Por suerte continuas volando aunque no tanto como te gustaría… ¿A qué dedicas ahora tu tiempo? ¿Has continuado formandote?
Pues estoy inmersa en mi trabajo final de máster, estoy también haciendo un curso de Google Ads e invierto mucho tiempo en crear todo tipo de contenido para los perfiles sociales de Azafata hipóxica.
Hace un par de meses lanzaste la “guía rápida para que despegue tu Instagram” con la que hemos aprendido muchas cosas que no sabíamos. ¿A quién está dirigida y que podemos encontrar en ella?
Está dirigida a creadores de contenido, pymes y emprendedores que quieren dar un impulso a su cuenta de Instagram de una manera más profesional. También para todos aquellos interesados en saber cómo, cuándo y por qué creé Azafata hipóxica. Es un guía amena, escrita de tú a tú y llena de ejemplos reales para ayudar al lector a entender cómo funciona la plataforma, qué contenido premia y cómo deben comportarse en ella para crecer orgánicamente.
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