Cuando un avión alcanza una altitud determinada, la presión que tenemos fuera de la cabina es demasiado baja para permitirnos respirar. A mayor altitud, menos presión.
Por esta razón, los aviones tienen que crear una atmósfera artificial para que todos los ocupantes de la aeronave podamos respirar sin problemas.
¿Sabes cómo se forma esta atmósfera artificial? Para presurizar la cabina del avión, se bombea aire que entra a través de los motores y se extrae desde los compresores. El aire pasa a través de unos compensadores y hace que apenas notemos ese cambio de presión; porque… no lo notamos, ¿verdad?
Lo cierto es que aunque tú sigas respirando de manera normal y no seas consciente de este proceso, hay otras partes de tu cuerpo que sí lo notan: oídos, senos nasales, tu estómago… ¡y sobre todo tus piernas!
Si recientemente has hecho un vuelo de más de dos horas de duración, te habrás dado cuenta de que al bajarte del avión tus piernas pesan más y hasta tus tobillos están hinchados.
No, tranquilo, no es algo que sólo te haya pasado a ti. La realidad es que es habitual que durante el descenso, el sistema circulatorio también sufra los cambios de presión. Para evitarlo, es recomendable que te levantes cada 2 horas de tu asiento, camines un poco, bebas suficiente líquido y hagas ejercicios con los pies para ayudar a tus piernas cuando tengan que sufrir la descompresión en el descenso. Aún así, cuando te bajes del avión seguirás notando una sensación de pesadez que puede durar varias horas.
Para aliviar estas molestias y ayudar a que tu circulación mejore, debes aplicar en tus piernas una crema o un gel de efecto frío. Haz movimientos rotatorios desde el tobillo hasta la ingle y notarás cómo tus piernas y tus pies se deshinchan y se vuelven más ligeros.
Saltratos, la marca especializada en el cuidado de tus pies desde 1921, te presenta su línea refrescante con su “Gel Frío de Piernas” que refresca y tonifica de inmediato tus piernas cansadas. Tanto si eres TCP como pasajero, ¡no te olvides de meterlo en tu maleta!
