Home Mi experiencia trabajando como TCP Azafatas con tiempo libre que se convierten en turistas: Paranormal Activity en Mallorca

Azafatas con tiempo libre que se convierten en turistas: Paranormal Activity en Mallorca

by lucyintheclouds

En el hotel de Palma hay fantasmas. Te lo prometo. Maripili tuvo que salir corriendo de la habitación hace unos días, porque notaba una presencia extraña.

  • Pero ¿cómo va a haber fantasmas, Mariloli? Los fantasmas no existen.
  • Que sí. Yo tampoco me lo creía hasta que me tocó dormir allí y a la mañana siguiente mi maleta apareció abierta y la ropa esparcida por toda la habitación.
  • ¡Bah! ¡Qué tonterías!
  • Luci, no son tonterías. Es la realidad. En ese hotel pasan cosas raras.

Esa fue la primera conversación que tuve con una compañera, sobre el hotel en Mallorca. Después de esa, vinieron muchas más. Que si ventanas que se abrían solas, que si puertas que se cerraban, que si ruidos extraños… Total, que al final, a lo tonto, acabé deseando que nunca me tocase dormir en aquel hotel de Palma.
A mi esas cosas me dan respeto. Me da igual que tengan una explicación científica o que simplemente sea producto de mi imaginación. Es indiferente. A mi me da yuyu.

El caso es que el día llegó. Abrí mi correo para ver la nueva programación, y allí estaba el código maldito: HTL PMI
Vamos, que aquel día no hacía un ida y vuelta a Palma. No había vuelta, tenía que quedarme en el hotel.
No llevaba mucho tiempo volando. Calculo que como mucho dos o tres meses, así que todavía no volaba como sobrecargo, si no como TCP.
La jefa de cabina era una veterana. Era de esas que casi había inaugurado la compañía (vamos, que como mucho tenía 28 años) y estaba tremendamente quemada de tanto vuelo, de tanta chapata de jamón ibérico y de tantos anacardos repartidos.
A penas hablamos en todo el vuelo, pero en una de las escalas no me pude resistir y le pregunté:

  • Maripepi, ¿es verdad eso que dicen de hotel de Palma?
  • ¿Qué dicen del hotel de Palma? -me miró de reojo mientras terminaba de limarse una uña (y yo colocando las 52 revistitas)
  • Eso, que ha fenómenos paranormales.
  • Bueno, otra más… Yo no sé qué os pasa a las nuevas, que todas me venís con la misma cantinela.
  • Pero ¿sí o no?
  • Puede que sí y puede que no.

A Maripepi le gustaba hacernos rabiar. Insistí un par de veces más para ver si me contaba algo nuevo, pero siempre me chinchaba con cualquier otra cosa y no me respondía.
Cuando nos bajamos del avión, el coche nos estaba esperando. En el trayecto del aeropuerto al hotel, interrogué a los pilotos. Uno no paraba de reir. El otro perjuraba que a él también le habían desaparecido cosas de la habitación de manera sospechosa.

Por un lado estaba nerviosa, pero por otro lado estaba deseando llegar al hotel para ver si todo aquello era verdad. Cenamos en el restaurante y sobre las doce y media nos subimos a nuestras respectivas habitaciones. La mía estaba al lado de la de mi compañera.
La del comandante y la del piloto estaban en otro piso.
Me quedé un rato sentada en la cama con la espalda pegada al cabecero. Lo miré todo como esperando que de repente algo se moviese de sitio. Nada.
Entonces me fijé en la puerta del baño. Nada, no se cerraba.
Las ventanas. Tampoco.
Cerré los ojos pero mantuve la luz encendida. Los cerré durante unos eternos 5 minutos, pero al abrirlos todo estaba en su sitio.
Claramente el fantasma no quería saber nada de mi, así que apagué la luz y pese a los nervios, me dormí pronto.

Serían alrededor de las tres y cuarto de la madrugada cuando de repente me despertó un ruido y una luz. No quise abrir los ojos porque estaba en estado de shock. Pensaba que si los mantenía cerrados, aquello se marcharía pronto. Me daba miedo moverme.
Estaba tapada con una sábana de cintura para abajo, pero los hombros, los brazos, los tenía al descubierto y me sentí desprotegida. Deseé haberme quedado dormida con la sábana hasta el cuello, como si por el hecho de tener una tela cubriéndome el cuerpo, me escondiese de aquello. La sensación de pavor duró dos segundos.

Escuché mi corazón -boom boom – como si fuera un tambor y entonces abrí los ojos y lo vi: la tele estaba encendida, sin volumen. Solo era eso, solo era la maldita televisión. Me quedé tranquila; bueno, un par de segundos, porque rápidamente vino a mi cabeza la imagen de Carolain y su maldito “ven con nosotros” . ¿Pero por qué y cómo se encendió la tele sola?


Todavía estaba asimilando que probablemente, algún otro huésped del hotel había programado la alarma de la tv para esa hora, cuando escuché otros ruidos en la pared. Eran como pequeños golpes y arañazos. WTF?! Aquello sonaba aterrador. Encendí la luz y me volví a sentar en la cama.
Esperé unos minutos, pero aquel ruido seguía y si me esforzaba podía incluso escuchar como una voz que se lamentaba.
Me levanté y decidí bajar a recepción para decirles lo que estaba pasando. El recepcionista de turno, que a aquellas horas de la madrugada estaba bastante dormido, me miró con cara de póker y accedió a regañadientes a subir a mi habitación para escuchar el ruido. Cuando estábamos saliendo del ascensor, el comandante de mi vuelo salía sin camiseta y atándose los cordones de una especie de chandal-pijama. No salía de su habitación, salía de la de mi compañera.

El recepcionista lo vio claro.

  • Señorita, ¿los arañazos y los golpecitos que escuchaba usted, sonaban como si fuera un cabecero golpeándose contra la pared?
  • No sé. Podría ser…
  • Y esos lamentos, ¿podrían ser gemidos?
  • Pues ya tiene usted la solución a su poltergeist.

Me volví a la cama y me quedé dormida hasta que sonó el despertador a las diez de la mañana para bajar a desayunar.

  • Buenos días. ¿Qué? ¿Has presenciado algún fenómeno paranormal?
  • Sí, un par de ellos.
  • Ah ¿si? ¿Y qué te ha pasado?
  • Nada, la tele se ha encendido sola…
  • Vaya, seguro que era el fantasma. ¿y el otro?
  • Pues nada, he presenciado cómo el fantasma salía de tu habitación a las tres y media.
  • ¿Cómo? ¿Qué dices?
  • Bueno, hoy colocas tú las revistas mientras yo me limo las uñas. Ya sabes… los fantasmas no existen ¿no?

¡Buen fin de semana y buenos vuelos a todos!

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4 comments

Sofia Vieira julio 13, 2012 - 23:35

Jajajaja que fino!! me encantan tus historias siempre las leo… Un saludo desde Venezuela.. =)

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julio 15, 2012 - 12:54

Ay madre mia, que yo también tenía fantasmas en el hotel de PMI, en mi compañía decían que eran los fantasmas de 2 doncellas que paseaban por los pasillos, aunque ahora que lo díces, quizá era una excusa para encubrir ciertos ruidos… jijiji

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Nati julio 17, 2012 - 23:25

Jajajajajja!!! Son geniales!! Les escribo desde Cordoba, Argentina!! y confieso que me hice adicta a este blog.. Estoy tramitando la licencia y no veo la hora de poder viajar para vivir todas esas experiencias que cuentan!!Un saludo grande y sigan así por favor!!!!

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Ale septiembre 7, 2015 - 10:05

¡Jajaja! Que fantasmas tan ruidosos.

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